Tratamientos
A partir de unas primeras visitas diagnósticas y paciente acuerdan el trabajo psicológico que se considere más adecuado. La frecuencia y la duración del tratamiento dependerá de cada caso.
En situaciones especiales se puede articular un tratamiento online, cuando ya hay un vínculo con el terapeuta para no perder regularidad con la terapia.
Se pueden indicar diferentes tipos de tratamiento:
Esta intervención con los adultos se realiza a través de la palabra, la comunicación emocional que se intercambia en la sesión, y a partir de ésta, tanto el terapeuta como el paciente elaboran las ansiedades y los conflictos que aparecen, investigando en el mundo interno de la persona. Se explora y se ayuda a manejarse mejor con emociones difíciles, angustiantes, de culpas, de inseguridades... o el que el paciente viva como perturbador en su vida. Un síntoma surge siempre de un conflicto profundo que es el que se trata de analizar, dotando de recursos mentales que le ayuden a contener mejor este malestar. Puede ser un conflicto que se manifiesta en el trabajo, o con los hijos, o en el propio mundo interno de la persona, o un duelo no resuelto del pasado que afecta a la vida actual, o miedos que requieren ser contenidos y comprendidos para reducirlas, etc. La duración del tratamiento es la necesaria para cada persona y es variable: depende de la evolución y del conflicto de que se trate, de su cronicidad, y de las capacidades sanas de cada persona. Siempre cada caso es único y singular.
Psicoteràpia amb nens i adolescents
Con los niños y los adolescentes se interviene a través del juego, el dibujo y también de la palabra, en función de la edad y la personalidad del niño o el adolescente. A través de la interacción con el niño o el adolescente se establece un vínculo y una comunicación que ayuda a ir verbalizando las situaciones conflictivas e irlas elaborando allí mismo. Se acompaña a menudo de visitas con los padres para pensar juntos en cómo ayudar al niño y a la familia a tener una relación más armoniosa. Cuando se requiere, se realiza una coordinación con la escuela, de forma pactada con los progenitores. La duración del tratamiento es la necesaria para cada familia y situación y es variable: depende de la evolución y del conflicto de que se trate. Siempre cada caso es único y singular.
Psicoteràpia de familia
Está indicado para aquellos problemas que afectan a todo el grupo familiar y en el que cada uno interviene de alguna manera a fomentar o generar un conflicto de relación. A veces, con el objetivo de mejorar el problema que presenta uno de los miembros, es necesaria la intervención de todo el sistema familiar. Se abordan problemas de roles en el grupo, dificultades de relación entre los hijos, problemas de límites educativos, de incontinencias del sufrimiento que generan inseguridad, angustias, etc.
Psicoterapia de pareja
Se abordan en pareja aquellas situaciones de conflictiva relacional en la que ambos miembros de la pareja aportan sus dificultades individuales y entorpecen su vida emocional porque generan muchos conflictos. Esta modalidad la debe evaluar el psicoterapeuta como la más conveniente. Es frecuente encontrar problemas de incomprensión mútua, de res-irresponsabilidad hacia los hijos, dificultades sexuales, etc. No siempre los conflictos de pareja se abordan como tales, se puede indicar después de las visitas diagnósticas que cada uno haga un tratamiento individual. A menudo, una intervención de pareja puede ayudar a que ambos decidan si quieren o pueden estar juntos o no, y en este caso se puede acompañar en una separación, si así lo ha decidido la pareja, de la forma más sana para ellos y los hijos, si los hay. Es una intervención preventiva de daños psicológicos que se pueden generar y son evitables.
Entrevistas terapéuticas de soporte
Está indicado para aquellos problemas que afectan a todo el grupo familiar y en el que cada uno interviene de alguna manera a fomentar o generar un conflicto de relación. A veces, con el objetivo de mejorar el problema que presenta uno de los miembros, es necesaria la intervención de todo el sistema familiar. Se abordan problemas de roles en el grupo, dificultades de relación entre los hijos, problemas de límites educativos, de incontinencias del sufrimiento que generan inseguridad, angustias, etc. En las entrevistas terapéuticas se pueden abordar aspectos puntuales de dificultad de la persona, ayudando a pensar sobre los hechos y los sentimientos penosos que las acompañan. Por ejemplo, ayudar a tomar una decisión laboral, orientar la confusión propia de un adolescente o aclarar algún aspecto conflictivo con los hijos. A veces se trata de articular un espacio emocional de acompañamiento de un duelo por una pérdida significativa que se haya podido complicar o ayudar a que no se cronifique, las crisis vitales que siempre nos atrapan, cuando los hijos marchan de casa, la pérdida de la juventud, del trabajo, de los padres, etc. En definitiva, los conflictos que nos tiñen y nos crean un sufrimiento inabordable desde un punto de vista individual, familiar o social y nos impiden pensar y vivir mejor, son el objetivo de nuestra intervención profesional cuando la persona ya no puede hacerle frente con sus propias capacidades. Esta modalidad, da un apoyo emocional a la persona que vive en un problema, quizás cotidiano, pero que no puede abordar por sí mismo. Es una intervención, al igual que otras modalidades, que siempre resulta preventiva desarrollar más síntomas y más sufrimiento.
Preguntas frequentes
A la hora de trabajar con adultos, el enfoque terapéutico se basa en la comunicación verbal y el intercambio de emociones en las sesiones. A partir de este diálogo, tanto el terapeuta como el paciente exploran y desentrañan ansiedades y conflictos que emergen, sumergiéndose en el mundo interno de la persona.
En el trabajo con niños, se utiliza el juego y el dibujo como vías para establecer una comunicación con el terapeuta. Posteriormente esta comunicación se convierte en palabras y se explora en ese mismo contexto. A menudo se incluyen sesiones conjuntas con los padres, donde se reflexiona sobre las inquietudes del niño y se coordina con la escuela, si es necesario y se acuerda con los padres.
En terapia de pareja, se exploran las dinámicas conflictivas que surgen cuando ambos miembros de la relación aportan sus propias dificultades individuales, lo que puede generar tensiones significativas en su vida emocional.
La decisión de optar por esta modalidad terapéutica se toma con la evaluación del terapeuta, puesto que es común encontrar problemas de comprensión mutua, responsabilidades compartidas hacia los hijos, dificultades sexuales y otros desafíos en las relaciones de pareja. No siempre es necesario abordar los conflictos de pareja directamente; después de una evaluación diagnóstica, se puede determinar si cada individuo se beneficiaría más de un tratamiento individual.
La terapia de pareja suele servir como un espacio donde ambos miembros de la relación pueden decidir si quieren continuar juntos o si es más saludable separarse, si ésta es su elección. En este último caso, se apoya para llevar a cabo una separación de la forma más saludable posible, especialmente si hay hijos involucrados. Esta intervención tiene un enfoque preventivo para evitar posibles daños psicológicos que puedan surgir y evitar.
Este enfoque terapéutico es adecuado para abordar situaciones que afectan a toda la unidad familiar y en las que cada miembro contribuye de algún modo a fomentar o desencadenar conflictos interpersonales. A veces, con el propósito de mejorar la situación de un individuo en particular, es necesario intervenir en todo el sistema familiar.
Los problemas que se tratan pueden incluir la dinámica de roles en la familia, dificultades en las relaciones entre los hijos, desafíos en el establecimiento de límites educativos, así como expresiones compartidas de sufrimiento que pueden dar lugar a inseguridades, angustias y otras dificultades emocionales .
Durante las sesiones terapéuticas, se abordan aspectos específicos de las dificultades que enfrenta la persona, facilitando la reflexión sobre los acontecimientos y sentimientos dolorosos que les acompañan. Por ejemplo, se apoya la toma de decisiones relacionadas con cuestiones laborales, se ofrece orientación en medio de la confusión típica de la adolescencia o se aclara cualquier aspecto problemático en las relaciones con los hijos. A veces, se trata de crear un espacio emocional de acompañamiento para procesar un duelo causado por una pérdida significativa que puede haberse vuelto complicada, o se brinda ayuda para evitar que se prolongue, como suele ocurrir en las crisis vitales, como cuando los hijos se van de casa, se experimenta la pérdida de la juventud, del empleo o de los padres, entre otros.
Durante las sesiones terapéuticas, se abordan aspectos específicos de las dificultades que enfrenta a la persona, facilitando la reflexión sobre los acontecimientos y sentimientos dolorosos que las acompañan. Por ejemplo, se apoya la toma de decisiones relacionadas con cuestiones laborales, se ofrece orientación en medio de la confusión típica de la adolescencia o se aclara cualquier aspecto problemático en las relaciones con los hijos. A veces, se trata de crear un espacio emocional de acompañamiento para procesar un duelo causado por una pérdida significativa que puede haberse vuelto complicada, o se brinda ayuda para evitar que se prolongue, como suele ocurrir en las crisis vitales, como cuando los hijos se van de casa, se experimenta la pérdida de la juventud, del empleo o de los padres, entre otros.